La mosca doméstica común, especie cosmopolita extendida desde los Trópicos a las regiones subpolares. Pueden llegar a medir cerca de 5 a 8mm de longitud. Tienen los ojos simples y compuestos; los ojos compuestos son de color rojo. Los imagos tienen el tórax grisáceo, ornado con cuatro blandas longitudinales negras, y el abdomen leonado, recorrido por una banda mediante pardusca. Su aparato bucal, membranoso, está profundamente modificado para la absorción de alimentos líquidos.
Los adultos viven solo un mes y las hembras realizan varias puestas de 100-150 huevos, hasta un total de unos 2.000, que depositan en el estiércol fresco de caballo, cerdo o ganado vacuno, excretas humanas, basuras. Las larvas eclosionan a la pocas horas; son de color blanco y forma cónica. Miden algo más de 1cm una vez completado su desarrollo. Las pupas tienen forma oval alargada; el imago eclosiona de la pupa haciendo saltar el extremo cefálico, dejando en ella un orificio circular. El ciclo evolutivo completo, que se prolonga con el descenso de la temperatura ambiental, puede completarse en una semana durante los meses del verano, estación en la que este insectos de multiplica activamente en las regiones
Su predilección por el ambiente doméstico y sus indiscriminadas apetencias alimenticias facilitan la dispersión de los varios agentes patógenos adheridos a la pilosidad que cubre sus patas, acción que queda complementada por el hábito que tiene que defecar mientras se alimenta y por el vómito alimenticio.
Es por todo esto este insecto uno de los más peligrosos diseminadores mecánicos de toda suerte de agentes infecto-contagiosos: bacterias de la tifoidea, disentería, cólera, tuberculosis; virus de la poliomielitis y del tracoma; amiba disentérica y restantes protozoos enteroparásitos; huevos de ascárides.